La cebolla dulce tiene el tallo grueso, forma redondeada por la raíz y ligeramente alargada hacia el cuello. Presenta una coloración blanco-paja y la piel interior es blanca y carnosa.
Las cebollas dulces tienen más contenido en agua que otras cebollas y por ello son más tiernas al comer y suaves al paladar, se consumen preferentemente en fresco aunque son de las más versátiles en la cocina y sin duda las mejores para freír. Tiene capas finas por lo que es muy recomendable para cortar en finos aros.
Este tipo de cebolla apenas pica, su sabor es suave sin perder suculencia en sus capas ya que una vez ingeridas no dejan el gusto tan amargo en la boca.
Tiene propiedades digestivas de las que carecen otro tipos de cebollas. Su composición en complejos de azufre es muy inferior en este tipo de cebollas en comparación con las habituales y esto evita el picor en la boca, el clásico lagrimeo y regustos desagradables que pueden provocar un malestar digestivo. Por todo esto son cebollas muy recomendables para el consumo en crudo.
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